sábado, 19 de mayo de 2012

Soñé

Anoche con la casa de mi madre.
Estaba en el comedor propio de los años 50, esos aparadores con cajones en el centro , armarios a los lados y un gran espejo de lado a lado, en el que yo me miraba y me hablaba cuando apenas subía un palmo del suelo, y gesticulaba mucho señalando a la que tenía enfrente.
 Decía mi madre que me subía haciendo uso de los tiradores de los cajones a modo de escalera, aún lo recuerdo vagamente.
Igual que recuerdo vagamente como me colgaba del borde la mesa de dicho comedor balanceandome como un mono hacia adelante y detrás.
Esa mesa que dejé marcada con los tornillos del corsé ortopédico que llevé durante 3 años y medio muy largos, y que hizo de mesa de estudio, arrodillada sobre un cojín para que los ojos me quedaran a la altura del tablero y poder leer y escribir. Cuando me cansaba de esa posición, me ponía de pie con mis inocentes 14 años, me inclinaba apoyando el cuerpo sobre el borde y la barra artonillada de ese corsé desde la ingles hasta la barbilla producían marcas que nunca se quitaron. Me sentía culpable de romper la mesa, pero así medio acostada y rígida podía seguir estudiando.
El caso es que me vi en sueños ante ese espejo, probándome pelucas porque tenía cancer y había que comenzar la quimio, ya sabía que me quedaría sin pelo, pero mi afán de no parecer muy fea y enferma me llevaba a buscar lo que me haría falta.
Por el espejo veía a mi padre sentado, observandome en silencio, como alejado pero presente, y yo sabía que estaba muerto pero que me miraba, y aún muerto lo vi sano, con sus dos piernas, silente como siempre.
Las pelucas eran de diferentes colores, probaba modos de llevar el flequillo y le decía a Joaquín, esto se acaba nene, ya sabes que durante un par de años tres estaremos visitando médicos y después nada...que pena, no te voy a ver mas.

MERECE LA PENA

http://www.goear.com/listen/045e2c5/gracias-a-la-vida-merecedes-sosa

He de reconocer que en medio de todo soy feliz.
Alternativamente feliz, indignada (vamos de mala leche), estupefacta, ojiplatica ( diría mi sobrino). Íntimamente regocijada (no vayáis por otros derroteros que de alemanitas no quiera nada).
Pero.... pese a quien pese feliz.
 Tal vez solo sea la química con la que me dopo cada mañana. Pero no.
Sé que aunque me ayude, este tipo de felicidad no me la da la pastilla prescrita por el neuropsico...
La felicidad me llega con el paso de una situación de estatismo, miedo, y no saber qué hacer, de desear solo cerrar los ojos y no querer abrirlos más, a comprobar que es cierto , que hay dos caras de la moneda, y que de la más fea se puede extraer lo mejor, que es mejor aún que lo bueno. Porque lo fácil no es fantástico.
Que es cierto que  de toda crisis espiritual, económica, amorosa, del tipo que sea sale algo mejor aún que lo anterior.
La felicidad me llega de conocer gente estupenda, inteligente, buena.
La felicidad me llega como esta noche cuando un perro rescatado de la perrera por un chico tatuado, con pinta medio famélica (el chico) y pelos de punta, me mira con unos ojos que me han taladrado el cerebro y el alma. Porque su mirada me decía !joé que susto, tenía miedo cuando te he visto, pero ahora comprendo que no me vas a hacer daño, verdad?!
La felicidad me llega de mis lecturas.
La felicidad me llega de rescate de mi pasado conciliándome con él, amando en pasado y recuperando la memoria que en realidad nunca perdí.
La felicidad me llega de las noches sin televisión hablando con mi hombre (no en sentido posesivo) de lo humano y lo divino y lo banal.
La felicidad me llega de ver actitudes solidarias, tremendamente humanas.
La felicidad me llega por comprender que ya no hay miedo, es decir sí que lo hay pero no se puede hacer caso, no me ni a vencer ni a convencer:No se puede permanecer quieto, más aún cuando se tiene la total certeza y tranquilidad de haga lo que haga, tan solo el color de mi pelo o mi estatura mañana puede ser objeto de ira y/o rechazo: ¿Cómo reconocer cuando vas a estar en el lado contrario o peligroso aunque no hagas nada?.
Soy una mujer buena, lo sé, yo no pretendo hacer daño a nadie, lo que haya de llegar llegará y aquí estaré.
Que es lo peor? Morir?, no puedo hacer nada al respecto, solo desear que sea en brazos de quien amo, y eso solo sucede en el mejor de tus sueños-deseos.
La felicidad me llega a través del conocimiento y eso es maravilloso