domingo, 20 de enero de 2013

VIENTO

Durante estos días de vientos que nos mantienen encerados en nuestras casas mirando tras los ventanales las batallas callejeras entre paraguas, mechones de cabello en el rostro, faldas que revolotean entre las piernas vestidas con medias, escucho las noticias en la radio de la cocina. Comentan la muerte de dos personas al caer sobre ellas un muro abatido por Eolo.
Recuerdo en ese momento hace muchos años, ya demasiados una historia.
Una niña camino del colegio en un día semejante a estos había muerto al caer sobre ella un pared. Contaban que la niñita llevaba su cartera y había quedado bajo los escombros.
La sensación de tristeza en el vecindario era muy grande  y yo , sentada a la mesa del comedor escuchaba muy atenta la gran desgracia de esa niña y sus padres, era la hija de un compañero de trabajo de mi padre y yo no conseguí quitarme de la cabeza esa imagen que nunca vi pero fue reiteradamente contada por los mayores.
No sé como será hoy un niño, cuanto escuchara de lo que se habla a su alrededor, pero si se parecen un poco a mi, será mucho, y no sé como decir a los demás que que no hay inocencia que resista ciertas historias.
Queda demostrado cuando aún hoy recuerdo perfectamente la sensación de aquellos días.