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Anoche tuve un sueño, como tantos otros sueños y tantas otras noches:
Mi empresa había trasladado todas sus oficinas a Madrid, era un edificio impresionante, laberíntico, enorme. Todos vestíamos muy bien aunque con cierto grado de desenfado.
Hubo un momento en el que me dí cuenta de que mis compañeros no me habían informado sobre las comodidades que teníamos ni la gran cocina dividida en dos zonas, me enfado.
Cuando salía de uno de los espacios aquello era más un instituto femenino que una empresa, ví a una jovencita preciosa que de espaldas a mí, corría hacia la escalera y por ella subía un hombre maduro , atractivo a rabiar, yo le había conocido años antes y había estado profunda y románticamente enamorada de él, tras él iba su mujer él me vió y me hizo un gesto apenas visible para los demás advirtiéndome, y así era, al poco apareció ella. Yo quedé totalmente conmocionada y bajé otras escaleras corriendo, me senté en un rellano sintiéndome enferma, con una crisis de ansiedad que apenas me dejaba respirar y de pronto a mi espalda estaba su hija que me pregunta preocupada que me pasaba, como pude le dije que nada que me sentía indispuesta y salí a la calle.
Estaba en Madrid, sí, en unas avenidas enormes, parecía ser el Paseo de la Castellana, pero tenía un aire cosmopolita que excedía lo que es Madrid.
Sin embargo de pronto yo no sabía dónde estaba, como volver atras y de nuevo la angustia, el casi desmayo, la falta de aire.Pasan junto a mí un hombre ,el típico ejecutivo y una mujer, la típica secretaria de dirección. Les pedí ayuda e inmediatamente interesados en mí me hicieron acompañarles a sus oficinas que estaban ahí mismo, les cuento lo que me pasa,que no sé dónde estoy, a dónde voy que me he perdido.
Otra vez unas oficinas enormes, de gran importancia y con centenares de empleados, con un aire de profesionales liberales, entre la televisión, publicidad, algo así, paso a un departamento de expresión corporal y lenguaje y al principio temo, me van a realizar pruebas, pero luego sonrío y pienso, jé! estos se creen que no sé de lo que va, y estoy harta de hacer cursos y representaciones de este tipo en mi trabajo, y me tranquilizo. El hombre que allí me condujo desaparece, pero la mujer sigue cerca y aparece en escena un hombre joven, simpático, un tanto desgarbado que se va a encargar de mí, sé que me están examinando para comprobar si sirvo para ellos o no, hace trucos, me pide que me dé la vuelta, lo hago, me pide que mire de nuevo y adivine dónde está, enfrente veo un payaso y le pregunto, como lo has hecho tan rápido, porque era él.
Da la prueba por bien pasada, y así en varias ocasiones, luego la mujer me dice que aunque voy bien vestida (llevaba una camiseta y sobre ella una camisa blanca de aire masculino abierta, y una falda vaquera, con unas botas de caña alta), debía y debían encontrar mi estilo, comienzan a sacar distintos vestidos, faldas, pantalones, calzado, complementos, y yo me veo en cuestión de segundos sucesivamente vestida con ellos, pero no me gusto. De pronto me veo tumbada desnuda, ante ellos y ellas, y me muero de vergüenza pero ellos me miran como un objeto al que restaurar, me están haciendo la pedicura y yo pienso en mis durezas y de nuevo la vergüenza, me depilan por todas partes y yo intento taparme el pecho, aunque finalmente me dejo hacer.
Arreglada del todo me veo vestida y junto a la mujer, siento vértigo y me desplomo en el suelo aunque no pierdo la consciencia del todo. La mujer cariñosa me pregunta que sucede, y me llega un llanto incontrolable, profundo y doloroso a través del cual le cuento que mi madre había muerto y no echar una sola lágrima, ella me abraza y es entonces cuando un caudal de llanto me inunda, lloro, lloro por mi madre y a la vez siento alivio y congoja.
De repente ella dice, bueno se acabó, hay que celebrar, cava copas, todos incluso mi examinador y el el jefe supremo y me llevó con ellos para celebrar que ya estaba ganando dinero, que ya era uno de ellos, pero? y mi empresa, salí esta mañana y no he vuelto me estestarán buscando, además tengo mi bolso con las llaves de casa allí, igual llaman a la policía..., una chica dice: tiene razón.
Pero me dicen que no pasa nada, insisto: pero voy a perder la antiguedad en mi trabajo. e dicen que no me preocupe que voy a ganar mucho dinero, yo miro mi mano y veo mi anillo de casada y el de mi marido y pienso que a él no le va a gustar el cambio, y yo no quiero perderlo a él, me explican que hay una posibilidad legal para que pruebe y si en un mes no estoy bien, vuelvo a mi empresa sin perder antiguedad.
Salimos a la calle y lo reconozco todo y al fondo veo mis oficinas de siempre, y grito contenta, ahí está ahí está!!
Despierto