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Ya han pasado, en un suspiro, como en un sueño maravilloso en el que sin embargo he estado más activa que nunca, más relajada que nunca, abierta a todo, y agradeciendo cada día que amanecía, tanto si había sol como si no. Las conversaciones durante el día y durante la noche con mi compañero de vida, las lecturas en silencio, ambos concentrados en nuestros respectivos libros, la ausencia de televisor, los desayunos relajados y potentes, ejercicio en la piscina aunque el agua resultara de entrada fría, al salir de ella el sol era una caricia antes añorada
Nuestros aperitivos domésticos en la terraza teniendo al fondo Sierra Nevada, comidas sencillas, apenas utensilios para cocinar, pero los justos.
Dormir sosegadamente y una hermsisima cantidad de tiempo para mí, para nosotros. No tener miedo a estar con tu pareja 24 horas sobre 24 hora y nadie ,más, porque hay una dulce armonía, porque somos uno.
Mañana el regreso, pero tampoco le tengo miedo
Estas han sido y son unas vacaciones !
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