Vaya por delante que ante una enfermedad grave no iré a un seguro privado, me consta los recursos y avances que realizan)
Pero tengo un problema, desde, como diría algún relamido, mi más tierna infancia: no soporto que hagan sentir imbécil, tonta, o ignorante, lo sea o no, los de fuera lo decidirán.
Y he aquí que algunos médicos, especialmente los jóvenes que tienen esa especial facultad de hacer que parezcas bobo,no te escuchan, quieren es diagnosticar y recetar, el resto les sobra, desconociendo ignorantes ellos que la enfermedad del cuerpo va unida a la del alma, y esa todos vosotros y yo la tenemos en nuestro armario.
Nadie tiene derecho cuando acudes a su ayuda que prestan gracias a tus impuestos, consiga que al salir de la consulta te preguntes ¿para que he venido, que me han solucionado, lo poco que han contestado ya lo sabía yo, y además parece que es mi culpa?
Quien se pique...ajos coma
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