sábado, 17 de septiembre de 2011

UN CAFÉ


En esta hermosa noche podría escribirte la más bella carta de amor que jamás recibieras cariño, pero mi corazón está preñado de silencio, sólo por ti, y mi recuerdo solamente puede alcanzar a conservar el intenso y limpido azul de tus ojos ya cerrados, prematuramente (!maldita sea!), y para siempre.

No logro saber dónde estás amor, ni siquiera sé si estás pese a que sienta tu extraña y cálida presencia.

Cuando pronuncio tu nombre en tímido gesto éste no me sirve de consuelo, en voz baja, apenas un susurro que no se atreve a dejar de serlo nada más que por miedo.

dicen que "no pronuncies el nombre de Dios en vano", y en vano es que te llamo. Pero no vas a responder ¿no es cierto?.

Tenemos una cita pendiente ¿no lo recuerdas?, y no hay un solo día que no piense en ello, no hay un solo teléfono tras el que no te imagine, no hay una sola escalera mecánica por la que no vea bajar tu sombra hasta llegar a mí. No hay un solo café que no traiga a mi memoria aquel que irreflexivamente, sin saberlo pospuse sine die.

Dime ahora que puedo hacer. En qué lugar descubriré que no debo buscarte más, en qué brazos olvidaré los besos abortados, que alguna vez pudimos ser compañeros de viaje, y que sin embargo optaste por una sola plaza dejándome sola, sin darme tiempo a adivinarte, a inundarme de ti, condenándome a una terrible sequía.

Ya presiento que estoy esquebrajándome por dentro.
Ya me rompo por dentro.


http://www.goear.com/listen/cc3fb0f/sin-tu-latido-luis-eduardo-aute




Ya dejo que me viertan por dentro y eso, mi vida, eso no me sirve de consuelo.

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